martes, 3 de noviembre de 2009

"Learn About DESIGN, not making things pretty"

Creativity is not design. Creativity has nothing to do with design. Creativity is bound by no laws, rules, or strictures …which is perhaps why it’s so intoxicating […]. Design, on the other hand, is based entirely on math, psychology, human perception, and a host of rigid rules and laws […]

Andy Rutledge (Creativity is Not Design)


Full article: http://astheria.com/design/learn-about-design-not-making-things-pretty

miércoles, 14 de octubre de 2009

miércoles, 29 de julio de 2009

Que de la Ciencia ha Nacido el Arte



Quizás el romance entre el arte y la ingeniería haya parecido durante siglos mas como un amorío escondido que un verdadero matrimonio, no obstante nunca ha sido secreto para quienes entienden lo que se esconde detrás del diseño, que una nace de la otra, vertiendo su ciencia de manera simbiótica para crear verdaderas innovaciones. Si el s.XX tuvo el privilegio de dar a luz al arte conceptual (el cual consecuentemente hizo de este medio uno hermano a la psicología y filosofía) nos acercamos ahora, entre mas entrado se ve aquel que una vez llamábamos nuevo milenio, a un arte de ciencia e ingeniería que borra aquellas líneas que quienes absurdamente insisten en clasificar habían dibujado en un afán de separar tales disciplinas y encasillarlas en estantes opuestos. Basta con ver grandes maestros de la talla de Da Vinci y Calatrava para comprender que quien posee una mente de genio no puede jamas separar su lógica y razón de su espíritu y arte, el verdadero diseño posee ingeniería y construcción, el verdadero innovador considera lo que esconde una estructura mas allá de lo estético. La interrogante constante, el "como" detrás del proyecto, se revela de manera tal que ocupa el papel protagónico en la concepción de una obra.

Quien logra entender el funcionamiento logra ser pionero, pues ya no es suficiente presentar algo placentero a los sentidos, es necesario imprimirle cabeza a lo que se concibe como trabajo propio, ya no solo de manera intelectual y filosófica, sino en términos de ingeniería, construcción y función. De igual manera aquel inclinado hacia las ciencias que no posea imaginacion y creatividad sera por siempre uno de numeros faltos de aplicacion y progreso.

En mis luchas internas contra lo que seria "mi" mundo estilístico de la moda, este punto me ha inclusive llegado a ayudar a hacer las paces con un arte que precisamente reune construcción y función de una manera mas personal en comparación con otras ramas del diseño. En esa ropa en la cual vivimos el día a día hay años de medidas y correcciones, patrones y reglas heredadas que desde antaño han sido experimento constante en pro de una mejorada experiencia diaria para quienes hemos acostumbrado a cubrir nuestros cuerpos con agentes externos, los cuales quizás sin tales reglas serian completamente ajenos e incómodos. De verdad solo se sabe lo complejo y lógico que es la construcción de un cierto elemento de indumentaria hasta que se comprende cada detalle y medida que esta detrás del mismo. Aun queda sin embargo, ligarlo mas al movimiento y a la estructura...a la tecnología y la ciencia, pues deja mucho que desear al limitarse a involucrar tales "técnicas" meramente a los materiales y no a la completa construcción de la estructura misma. El trago amargo viene cuando me cuestiono su transcendentalismo filosófico e intelectual, su aporte social, tormento que trato de apaciguar al pensar en esa capacidad comunicativa que ya he mencionado y defendido con anterioridad. Ya sea que insisto en ver algo con ojos cerrados o que el enfoque de mi perspectiva es mas permisivo, el simple hecho de dejar ver tendencias sociales y culturales de esta humanidad calma un poco esa sed filosófica.

miércoles, 15 de julio de 2009

Colgando Tergiversadas Primeras Impresiones

Todos usamos un vestido, delicada tela filtro de emociones y opiniones. Existe una fina línea entre la verdadera realidad y la ilusión que nos creamos no solo para nosotros mismos sino en un teátrico montaje para la audiencia social, esa quizás manipulada percepción de quienes pretendemos ser, aquella que nos quieren hacer ver (e intentamos emitir también) aquellos con quienes convivimos, ya sea de manera consciente o no. Sin embargo existen diferencias abismales entre la una y la otra que las separan a tal punto de convertirlas casi en opuestos.

Somos seres de apariencia, arma de doble filo que nos condena a juzgar teniendo a esa primera mirada como única herramienta para esculpir una opinión. Mas en esta vida, con nuestras profundas diferencias, junto con nuestra compartida humanidad compartimos también esa utilización de vestidos, cual si fuera necesario maquillar cierto aspecto ante ojos ajenos y de esta manera manipular de una u otra forma la manera en la cual nos presentamos ante los demás. Entonces, si se manipula esa verdad como es que se pretende ser percibido como auténtico? Son esos vestidos físicos, emocionales, sociales…inclusive espirituales que resultan en cierta frustración existencial, porque desde antaño y por alguna razón que probablemente poco tenga que ver con el pudor, la desnudez nos aterra…nos aterra el dejar ver lo que está debajo de esa tela, el rechazo al presentarnos completamente desarmados ante miradas quizás crueles.



Lo que muchos no realizan es que debajo de todo el vestuario, debajo de esas capas, si en un utópico acto de liberación fuéramos todos en una complicidad sumamente autentica a despojarnos de nuestras ropas, veríamos que todos compartimos esa misma inseguridad, esa misma humanidad, y entonces entenderíamos que la autenticidad no necesita maquillaje pues todos sufrimos la vida, todos experimentamos de ella. Entonces se convertiría en un peso mas fácil de llevar pues al que nada se aferra, el que nada esconde, no lo persiguen noches sin sueño, complejos sin fundamento.

Se me hace interesante, casi fascinante, el ver como ese vestido que usa una persona con el tiempo se transforma, se va tergiversando, deformando y cambiando, se manipula y modifica y mas que todo se reinventa constantemente al ir conociendo mas y mas que es lo que esta detrás. Y entonces las proporciones y la silueta, el corte y su ajuste, se ven drásticamente modificados ante nuestros ojos ya sea para bien o para mal. En esa interacción, entre el intercambio de conocimiento y profundización el vestido se transmuta y al final se logra entender qué es lo que esta debajo de el, aquello que da forma, aquello que deja una impresión mas duradera, la que cala en lo metafísico mas que en lo superficial.

Me declaro victima del acelerado andar de esta vida, en donde se nos exige que una rápida mirada sea capaz de pintar el cuadro completo de quien es y como se comporta una cierta personalidad. Y como tal veo yo misma como quienes se atreven a ir mas profundo encuentran debajo de mi vestido muchas cosas mas que a simple vista descartaron podría encontrarse ahí. No me declaro tampoco excepción a la regla, quizás yo también en mi ignorancia he sido perpetradora de este crimen, el ciclo como tal es mal de mi especie y no seré capaz de declararme inmune.


sábado, 28 de marzo de 2009

Relatos Cosidos


Quizás la historia de una vida no pueda reducirse a la tela de unas cuantas camisas, los retazos de unos cuantos pantalones, los recortes de una cierta sección…mas el retrato inicial de una muerte si. Durante los dolorosos días siguientes a su ultimo respiro la terapia para quienes quedamos en este mundo se dibujo en forma de hilo y aguja durante tardes de rosario en una sala de la eterna casa amarilla esquinera. Era un acercamiento, un tu mas personal, el olor de la ropa lavada que ya no conservaba el de aquel que nos había dejado, mas se bañaba con las lagrimas de una madre quien incesablemente seguía buscando esa fragancia tan distintiva que dejan los cuerpos aun en su ausencia. La historia mas que suya se convirtió en nuestra, en compartida, cuando cortando en cuadros, en triángulos, en simples sobros,  las camisas representantes de una materialidad ya inexistente descubríamos su cronología, como si al haber utilizado estas ropas poco a poco hubiera escrito su autobiografía con la tinta de sus hilos. Aquellas manchas que ni el jabón pudo curar daban indicio de alguna comida favorita, aquellos huecos de una camiseta que nunca quiso desechar era el recordatorio de cómodas noches. Desarmar cada una de sus camisas fue como desglosar sus años, recortar retratos del álbum de una vida. Era el paso mas difícil, el primer corte, como si la tijera al despedazar y rearmar aquello que le perteneció estuviera también rearmando su recuerdo, poniendo en un rompecabezas los momentos que habían quedado impresos indeleblemente en cada una de aquellas camisas. Que las rayas turquesas: aquella fiesta, que la color morado de su amado equipo: algún partido de futbol, que la amarilla con anaranjado con la cual lo filmaron para cierto anuncio publicitario…y así una a una estimulaba a la memoria para luego convertirse en pequeñas historias: recuadros de un almohadón, una cobija, un simple camino ya recorrido. Viéndolo ahora las telas no solo fueron terapia y consuelo mas evidencia de una vida, de una muerte y sus restos. El concepto del espíritu que conserva lo material jamás se vio tan arraigado, tanto a lo humano como a lo metafísico como cuando en aquellas tardes de hace ya una dupla de años las mujeres de su vida cortaron junto con la tela, uno a uno sus dolores aun inconsolables.



Si la ropa es capaz de provocar a los sentidos, de asociar eventos o sentimientos, una personalidad se deshilachaba con cada hebra que se unía en aquel gigantesco “quilt”, compuesto no solo de pequeños pedazos de tela pero de muchos proyectos individuales que unidos como uno bien podrían llenar una sala cual si fueran todos parte de la misma exhibición. Ahora cada uno de ellos descansa en alguna cama, en algún baúl. Ahora cada uno es paño de lagrimas, es relicario y consuelo,  icono quizás de una contemplada santidad, compartida concepción de todo aquel quien tuvo la dicha de coincidir en el camino con el maravilloso dueño de tal ajuar. No es secreto que mi idioma es el de la comunicación no verbal, aquel que acarrean las decisiones que tomamos al vestir, y es entonces que en esta experiencia se me hace fácil ver que aquellas camisas fueron evidencia de un carácter. No solo de quien fuera mi hermano, mas de quien fue un cambio en el mundo…una bifurcación en tantas vida. Ahora cuando sentada recuerdo aquellas tardes de “quilting” en aquel lugar que ya no representa mi hogar, no es nostalgia lo que me impulsa, mas la historia que nos ha dejado el vivir…guardado en los archivos de las selecciones indumentarias.

martes, 3 de febrero de 2009

Cuando en el Juego se encuentra una Mortalidad


Crecí en algo parecido a un circo, tanto por su movimiento como por el entretenimiento, sin mucha distinción entre trabajo y diversión, un enorme cuarto de juegos con acceso ilimitado y sin paredes. En mi egocentrismo infantil todo estaba a mi completa disposición: colores, luces, ríos de gente, horarios inusuales y una tremenda capacidad para hacer al mundo real desaparecer. Una ciertamente irónica vulnerabilidad al  mareo quizás me prevenía de disfrutar plenamente del negocio familiar, mas no por eso deje de considerar este mundo como un refugio anormal, afirmación que se vería aun mas agudizada cuando en mis años adolescente las filosofías de juventud me harían llegar a ver este privilegio con ojos diferentes a los que tuve durante la niñez. Para mi el término parque de diversiones era sinónimo del trabajo de papá, poco convencional si, pero desde mi perspectiva los carros chocones representaban horas de vueltas gratis con trabajadores con quienes borre líneas sociales para tener así compañeros de un infantil juego. Un carrusel se convirtió en mi propio establo personal de caballos de fibra de vidrio anuentes a mi antojo de peinado o estilo preferido de monta. El concepto de paseo familiar era uno que envolvía viajes de trabajo rodando en un clásico Air-stream por todo un país, buscando como destino lugares sin nombre donde la mas grande alegría anual era la fiesta que se venia a ofrecer por una semana. Costa Rica  (y en efecto también Panamá) eran la oficina de mi papa y por tanto ambos países se convirtieron en mi dominio, pueblos fantasmas (y otros mas grandes claramente)… ferias ganaderas, ferias patronales, ferias municipales. Aun si se pudiera escribir olor o sonido quizás el lector no seria capaz de reconocer tan agudamente como se me presenta en mi mente aquel hidráulico que alzando avioncitos dejaba escapar un cierto silbido gaseoso, como aire que se escoce de un globo; o inclusive para muchos, por mas experiencia “fiestera” a la que hayan sido expuestos, seria difícil visualizar el peculiar perfume que emite el movimiento de la comida en un chinamo cuando una severa mujer con gorro y un complementario atuendo blanco logra elevar ese olor meramente con utilizar la fuerza de sus brazos torneados al ritmo del folclor culinario ferial. Y he aquí que se me abre un agujero negro en forma de una nueva obsesión como vía a un vacío interno, cuando al encontrar, por completa coincidencia ,por medio de una insignificante y quizás mórbida fuente una fotografía que fue llave para esa puerta a un nuevo panorama.



Es desgarrante arrancarle la humanidad a lo material, crea una orfandad ante la falta de propósito, como si al dejar de ser objeto “en función de” entonces perdiera razón de ser. Es quizás este el motivo por el cual al verme ante un espejo metafísico observando una documentación de los resultados causados por el abandono sobre un juego mecánico, una pequeña metáfora se encendió en mi alma al relacionar aquello que otrora comprendiera mi niñez (y en realidad vidas enteras) con tal decadencia. Uno no piensa en el destino de las cosas, cosas…en el sentido completamente físico y plástico de la palabra. Y porque si algo tan palpable para mi educación y crecimiento, tan fundamental para mi supervivencia, es también perecedero, es que el pensamiento de su mortalidad no se había cruzado en mi camino hasta este preciso momento? Quizás se necesita meramente confrontación con lo efímero y perecedero de esta la vida para comprender la misma, no se ve toda la obra hasta que se mira el revés, lo que esta por detrás, la otra cara. Para quien un juego mecánico es el epitome de vida y jolgorio el ver tanta muerte y tan presente en ese metal herrumbrado es casi un grave presagio. Hay algo que me obsesiona y atrae en una manera morbosa, como algo que una vez era entretenimiento es ahora una confirmación de defunción, un aparato creador de memorias y emociones empleando su propósito en una manera inversa. Los objetos…los lugares…cuando se les despoja del factor humano perecen, y sin embargo perduran, una complementaria contradicción, una muerte en vida, pues al perder la capacidad de función para su creador, cesan de tener propósito. Y así es que la mortalidad la he tenido tan palpable últimamente, pues curiosamente hoy, en acto de inexistente coincidencia, al pasar frente a una iglesia mi ajena condolencia se poso sobre un desconocido ataúd en un acto de completa intromisión,  y entonces me hice la misma pregunta…por que siento la muerte tan presente? Fácil…meramente porque sigo viva.