jueves, 15 de mayo de 2008

Epitafio al Arte



'(The work of art) exists and has power to create spiritual atmosphere; and from this inner standpoint one judges whether it is a good work of art or a bad one. If its form is bad it means that the form is too feeble in meaning to call forth the corresponding vibrations of the soul.
So called “indecent” pictures are either incapable of causing vibrations of the soul (in which case they are not art) or they are so capable. In the latter case they are not to be spurned absolutely even though at the same time they gratify what nowadays we are pleased to call the “lower bodily tastes” '


Wassily Kandinsky, Concerning the Spiritual in Art, 1911



Con toda la verguenza de sentir acercarse la posibilidad de descomponerme en medio de mi clase de historia del arte del siglo XX y sintiendo la debilidad que causa en mi cuerpo la vision anatomica del interior de un cuerpo humano, me vi obligada a bajar la cabeza y cerrar los ojos, asqueada de ver lo que mis contemporaneas llaman arte. Lo digo en femenino pues se traduce en feminista, arte que hecho por hombres quizas seria rechazado, mas producido por sus contrapartes pareciera ser mas bien elevado, estupida ironia de una rebeldia feminista la cual considero infantil por sus primitivos metodos empleados para obtener un medio. Si bien es cierto que defiendo ferozmente el arte conceptual, hasta el punto de matar, en el sentido metafisico de la palabra, considero que el fotografiar el clitoris perforado de una mujera y exhibirlo en grandes pantallas de un cuarto oscuro cual si fuera “arte” raya ya en lo grotesco. Tan bajo hemos caido que ya somos incapaced de divisar nuevas ideas y tenemos que volver la mirada a crear un impacto basado en el asco y la impresion? Porque que causo una impresion eso no lo puedo negar, mas es la misma que una vulgar fotografia de un brutal asesinato publicada en esos periodicos sensasionalistas hubiera podido tener...en palabras mas “kandinskianas”, la vibracion que senti en mi alma fue una de horror, hasta un miedo profundo por ser tanto reflejo como confrontacion a una sociedad insensible ya donde la rebeldia literal es vista como are, ya no una que utilice el intelecto, sino el espectaculo. Muy de acorde con el teatro que se montan los medios en este mundo de “comunicacion visual”, el arte, lastimosamente, se ha visto tenhido de esta obsesion con lo grotesco, lo violento pareciera ser necesario si buscamos causar una impresion duradera.
Y entonces? Que merito carga eso? Que peso podra imponer? Que clase de efecto trascendental seria capaz de proveer? Si es rebajado al nivel de una vulgar imagen sin mas profundidad que el de impresionar, por medio del asco y el disgusto, no hay concepto suficiente que me conveza de su poder pues considero que el nacimiento de este mismo recae sobre la inteligencia de emitir un mensaje de una manera, sutil o no, en que el sentido recae no solo en la necesidad de una comunicacion urgente sino en un camino de mayor elevacion pictorial. Hay mil maneras de decir lo que se quiere, escoger la manera facil por literal, es el fruto de un decadente pensamiento social comun hoy en dia.

2 comentarios:

tehellet dijo...

Aunque estoy de acuerdo con gran parte de lo que dice, debo decir esto: No he visto tal fotografía de la que habla entonces puede que sea algo meramente subjetivo a la fotografía que vio, pero no logro ver lo "grotesco" o pornográfico en eso. Tal vez me estoy imaginando una fotografía diferente, y claro está que en la técnica y presentación se puede elevar un concepto, por más simple que sea, pero ciertamente no lo veo como un sacrilegio al arte o lo que sea que usted le está atribuyendo.

Películas como Pecker de John Waters (sin mencionar otras de él que podrían definitivamente arrasar con pubis y fluidos orgánicos cualquier tipo de argumento, rindiendo cualquier discusión como algo débil e insensato de discutir) me recuerdan a esto, tal vez de un sentido más gracioso. En dicha película aparece una fotografía que nadie logra entender... ¿qué diablos es? Parece un hundimiento oscuro y abstracto, pero hay algo anatómico en ella. Luego se dan cuenta que es la vagina de una prostituta. Sin embargo este conocimiento, aunque surge como un peso inmutable que una vez que uno lo sabe, nunca separará de la fotografía, aún así, tratando de ser objetivo y correcto, no le quita la belleza a la fotografía. Obviamente hago el ridículo discutir algo así usando a John Waters como ejemplo, pero bien se puede usar para cualquier discusión sobre lo "grotesco".

Tal vez ya en otras líneas está Carlos Reygadas que en Batalla en el Cielo nos presenta dos cuerpos desnudos teniendo sexo, un hombre asqueroso, sudoroso, gordo; y una mujer esbelta, blanca, joven, hermosa. En cualquier primera mirada la película en sí no parece más que un simple shock anatómico sobre la fealdad del ser humano y la ciudad que lo rodea. Como que si el mae haya dicho "hey pongamos aquí algo así bieeen grotesco y luego lo yuxtaponemos con una imagen religiosa o una hermosa mujer". Bien, fácil, admito que hasta yo tenía un pensamiento paralelo cuando la vi, como de '¿qué es esta mierda?'

Pero el asunto va más allá, o en realidad, no va más allá, por decirlo así. Va más allá en el sentido de que su importancia no está en la imagen, sino en su trascendencia. Y no va más allá en el sentido de que esa imagen puede que nunca haya tenido la intención de impresionar de esa manera. En el segundo punto, el culpable es el espectador moral. Existe una red, como decía Joyce, de morales, de religión, sociedad, de psicología esencial, y tal vez el propósito de ese arte nunca fue traspasarlo. A veces el 'juicio' de una obra de arte ES el acto de sacrilegio, y no la obra en sí. El espectador es culpable, pero no como un juego de catch en el que el artista luego dice 'jaja ve! no lo entendió', sino que hay un blanco, un vacío que no debió llenarse con opiniones de que si era buena o mala. Por eso Batalla en el Cielo no es ni una buena ni una mala película, sin embargo es una de mis favoritas. Yo siento que trasciende cualquier concepto de bueno o malo porque nos presenta algo que bien podría ser real, y si algo se aproxima a la verdad, no hay mejor manera para degradarlo por medio del 'juicio'.

Claro está que si veo la fotografía de la que habla, probablemente esté de acuerdo porque seguro es una de muchas bateadas de mucha hablada y pocas nueces. Pero lo que digo es que no hay que automáticamente descartar ese 'tipo de arte' simplemente porque causa un shock.

Imagínese a alguien a comienzos del siglo XX viendo un readymade de Duchamp, digamos que el orinal. Todo lo que usted dijo bien lo pudo haber dicho alguien asqueado con el orinal.

De nuevo está el problema de creernos jueces de las cosas, cuando a veces las cosas son las que nos enjuician a nosotros, las que nos hacen brotar nuestros rincones más hipócritas y estúpidos, y hermosos e inteligentes también. Pero no hay que olvidar, son cosas. Eso es todo.

Lola Mallach dijo...

discusion resuelta eMeSeNicamente
convergiendo en un punto
;)